La paz en el silencio

Un respiro de la información.

La paz en el silencio
No sé quién hizo esto, pero me encantó.

La lucha por la atención

Últimamente he estado pensando mucho en la atención y cómo nos afecta en el día a día. ¿No te pasa que estamos todo el tiempo bombardeados por notificaciones, redes sociales, noticias, y un montón de cosas más? Todo eso puede hacernos sentir abrumados y nos cuesta enfocarnos en lo que de verdad importa.

Una piedra en el camino

Esta semana, en el curso que estoy tomando del Camino del Artista, nos tocó no leer, no escuchar podcasts y no consumir ningún tipo de contenido que pueda influenciarnos de algún modo.

Esto ha sido un poco más difícil porque siempre tengo la costumbre de estar escuchando un podcast, un audiolibro o buscando información constantemente. Incluso hubo un tiempo, durante muchos años, en el que no pude escuchar música.

Entonces, escuchar podcasts y audiolibros se convirtió en mi música y en una especie de compañía para sentirme menos sola.

Acá de parasocial con mis amigos personales de Last Podcast on the Left el 11 de Septiembre del 2019 en Birmingham. Hail podcasts!

Así que esta semana ha sido más que solo un descanso del exceso de información y atención; ha sido también una oportunidad para experimentar la soledad, pero no desde el abandono, sino desde una conexión más profunda conmigo misma y con el entorno inmediato en el que habito y habitamos.

Cerebros en conflicto

Claro que estoy consciente que hago esto desde un punto de privilegio. Estamos en medio de tantos cambios, por ejemplo, las elecciones. Algo que me saturaba mucho, de hecho, eran los anuncios de campaña electoral y las noticias al respecto que mis padres casi se inyectaban por vía intravenosa con el YouTube a todo volumen. Estoy en un país en el que *toco madera* los resultados no ponen en riesgo mi existencia ni la de mis seres queridos. Por lo que disfruto de haberme implementado una veda electoral personal.

Lo mismo sobre las enormes masacres que están sucediendo alrededor del mundo. Hay mucha gente joven en las redes que te bloquea, te funa, o te deja de hablar por no usar “tu plataforma” para hablar de estas masacres. Sobre todo si tienes el poder para crear consciencia al respecto. ¿Pero de qué sirve la consciencia si no podemos cambiar las cosas? Ni siquiera las Kardashians pueden hacerlo. Quizás los billonarios dueños de las redes sociales y los mandatarios puedan hacer algo, no sé.

Lo único que me provocan esas imágenes y escenas que comparten sobre tanta muerte y destrucción es ansiedad y mucha frustración porque no puedo hacer nada para detenerlo. Para revivir al niño. Para reconstruir el edificio. Para que los sitios santos y la gente que vive en ellos sean tratados con santidad y no con sed de anhiquilación.

Por cierto, todos los sitios son santos.

Si no puedo ejercer la paz mundial desde mi computadora o celular, puedo al menos ejercerla en mi mundo interno y mi cabeza. Un cerebro menos en guerra, aunque no puedo apagar la guerra en los cerebros de las más de 7 mil millones de personas más que habitan el mundo.

Celebrity Skin

Otra cosa que he notado es que me choca que, cuando no ven cosas de política, mis padres vean tantos videos de chismes de farándula a todo volumen. La gente que se dedica a ellos tiene la mirada muerta, una sensación de superioridad, y dan la impresión de que su paisaje interno es muy pobre.

Igual yo cuando los critico.

Como quién dice, lo que te choca, te checa. ¿Y qué creen? También veo canales de chismes de farándula. Solo con gente más joven sobre gente más joven. Pero sin importar la edad, también está esa mirada muerta, esas sensación de superioridad, ese pobre paisaje interno.

¿Qué me puedes decir que no sea de alguien más?

Así que borré esas suscripciones, aunque solo me quede con videos de ejercicios y de Lo-Fi Hip-Hop Beats to Study/Relax To. Videos donde nadie critica, nadie muere, nadie sufre en vano. Sólo hay movimiento que nos invita al movimiento y música y escenas que nos invitan a la relajación y el enfoque.

Además, ¿a mí en qué me afecta que Justin Bieber haga algo? Y así como con los conflictos mundiales, no puedo evitar que Justin Bieber sufra ni que deje de ser un douchebag (¿resultado de su sufrimiento?) ni que su esposa sea culera con nuestra Selena Gomez.

Por cierto, esa esposa popularizó un manicure hermoso e inventó un licuado buenísimo que me tomo casi todos los días - bueno, con menos ingredientes porque Crónicas Gástricas. Separar el arte del artista, le dicen.

Ya no sé para dónde voy con este texto. Sólo que agradezco mucho estar aquí con mi gatita al lado, con un video de bossa nova y sonidos del mar en la tele, donde se ve un paisaje idílico con mariposas amarillas volando, bugambilias colgando de los techos, un café humeante sobre la mesa, y un perro y un gato durmiendo de cucharita.

Lo único que puedo cambiar más allá de mí misma es el canal de la tele.